En primer lugar, "nos centramos demasiado en la confianza y muy poco en la competencia", dice el experto, y "a menudo tomamos una decisión a corto plazo". En segundo lugar, "nos centramos mucho en el carisma y no lo suficiente en la humildad". Y, en tercer lugar, y quizá lo más preocupante: adoramos a los líderes con tendencias narcisistas. "Cuando alguien parece estar muy centrado en sí mismo, e interesado en avanzar en su propia agenda personal, o incluso es vanidoso, en lugar de descartarlo, pensamos 'este tipo debe tener madera de líder'".