No todos los penes de la naturaleza tienen forma fálica, y mucho menos se mueven como un martillo neumático, zumba, zumba, hasta lograr la eyaculación. Los penes pueden adoptar muchas formas y funciones, hasta el punto de que ni siquiera parecen penes, sino espadas, cohetes, flechas e incluso acericos claveteados de agujas, como es el caso del pene de los gatos.