Hace unos días atrás, conversando distendidamente con unos amigos suecos acerca de las diferentes realidades sociales en los países me hablaron, de la acuciosa desigualdad que presenciaron en sus viajes a España y en algunos países latinoamericanos explicándome de buena manera, que este tipo de situaciones es decir, que aquellas diferencias económicas y sociales no serían tolerables en esos términos en los países del norte de Europa invocando finalmente, en sus comentarios un interesante valor cultural “Jantelagen” mientras yo sonreía y ponía