Recientes estudios demuestran que el knitting o punto relaja el cuerpo y la mente, reduce los niveles de estrés y ayuda a ejercitar la memoria, activando las mismas áreas del cerebro que una sesión de yoga. De hecho, cuando nos sentamos a tejer, nuestra frecuencia cardíaca disminuye, respiramos más lenta y profundamente y aumenta nuestra coordinación manual.