En la Edad Media, lobos, vacas, toros, cerdos y hasta ratas podían ser llevados a tribunales y sentenciados. "Habiendo tomado consejos de sabios y médicos, y (...) considerado la costumbre del país de Borgoña, y ante Dios, decimos y pronunciamos nuestra sentencia definitiva: la cerda de Jean Bailly, por motivo de lastimaduras y heridas por ella cometidas y perpetradas en la persona de Jean Martin, de Savigny, será confiscada para ser remitida a la justicia y enviada al último suplicio, y será colgada por los pies de un árbol..."