Desde que los primeros grupos humanos pasaron de ser nómadas a ser sedentarios, el calendario pasó a ser de gran importancia. Era primordial conocer los ciclos anuales para sacar el mayor provecho a la agricultura y a la ganadería. Es así como los días extremos, cuando los días o las noches eran más largas, los solsticios, comenzaron a ganar importancia y a celebrarse de forma consistente. Las reuniones sociales y el sol parecen ser el patrón general de todas las celebraciones del solsticio de invierno.