Como todas las cosas buenas, beber debería practicarse con moderación. A menos que seas un ratón de laboratorio, en cuyo caso puede ser necesario que bebas demasiado en nombre de la ciencia. Al hacer esto, un grupo de roedores ayudó a un equipo de investigadores de la Universidad de North Carolina en Chapel Hill a estudiar la actividad neuronal que regula este tipo de consumo descontrolado, dando nuevas pistas sobre qué causa que alguna gente se pase de la raya con la priba.