Hace más de un siglo, en 1917, un grupo de investigadores estadounidenses comprobó que las ratas que pasaban algo de hambre vivían casi tres años, mientras que el resto de la colonia bien alimentada murió antes de 24 meses. Desde entonces, los estudios sobre la restricción calórica se multiplicaron. Trabajos más recientes han demostrado que, sin tener que llegar a la malnutrición, ratones y ratas de laboratorio viven entre un 20% y un 50% más que aquellas que comían lo que querían. En otros organismos como mosca de la fruta, nemátodos y levadur