Nuestra edad, sexo, situación médica y otras condiciones pueden determinar la eficacia y la seguridad de los fármacos. Tener en cuenta quién es el paciente mejora el beneficio terapéutico. Se ha calculado que desde 1990 los medicamentos, contribuyeron en un 73% al incremento de la esperanza de vida al nacer entre 2000-2009. Las crisis sanitarias exigen que aceleremos los procesos de desarrollo y de autorización de tratamientos terapéuticos. Se obliga a que los ensayos clínicos incluyan mujeres e individuos de otras etnias, menores y mayores 65.