El experimento consistió en internar a personas sanas en psiquiátricos. Usando identidades falsas, reportaron tener el mismo síntoma: dijeron que escuchaban una voz que decía una de tres palabras: "golpe", "vacío" o "hueco". Según escribió el profesor de la Universidad de Stanford en su famoso paper, eso fue suficiente para que todos fueran internados. Su trabajo también contaba que a pesar de que todos se comportaron con total normalidad una vez que se los admitió, varios de ellos -incluyéndolo a él- fueron retenidos por varios días.