El avance científico más importante del 2023 lleva casi dos décadas entre nosotros sin hacer mucho ruido. O por lo menos, no tanto como el que provocó este año. La revista Science le ha otorgado este prestigio a la familia de los análogos de GLP-1, unos fármacos que hasta hace poco, solo se prescribían para las personas que padecían diabetes tipo 2. «Son derivados de una hormona intestinal que se llama GLP-1, que a nivel natural se libera después de las comidas en la sangre y tiene una función en el control de la saciedad.