"¿Cómo?". La niña más entrañablemente feminista de la clase parecía llena de indignación, chisporroteando con un tono incrédulo y resentido. "Nos toma el pelo, profe, ¿verdad? Todos sabemos a ciencia cierta que las diferencias de género no son sino construcciones culturales".
Estábamos en la Universidad de Notre Dame, en una clase sobre la historia de las relaciones entre humanos y otros simios. El concepto del curso, aunque bastante original, es sencillo y comprensible: para comprendernos a nosotros mismos hay que colocar nuestra historia...