Impulsados por su increíble capacidad de desplazamiento, los mosquitos han hecho su habitual aparición veraniega sin necesidad de “operaciones retorno”. Más allá de las molestias que producen, también pueden representar un riesgo grave y, a veces, mortal para la salud en determinadas zonas del planeta en las que su picadura puede transmitir patógenos dañinos que causan enfermedades peligrosas como la malaria, el dengue, el Zika y el virus del Nilo Occidental.