El origen de la vida desde la materia inanimada es una de las preguntas más relevantes en astrobiología. Si consideramos los seres vivos como sistemas químicos autorreplicativos capaces de evolucionar por selección natural, su aparición en la Tierra (y eventualmente en otros planetas o satélites) tuvo que requerir la combinación de tres componentes o subsistemas fundamentales: compartimento, metabolismo y replicación.