El de los antidepresivos quizá sea el mayor experimento en tiempo real jamás realizado en la especie humana. Millones de personas consumiendo décadas fármacos —cuyo funcionamiento biológico nunca ha estado muy claro— para tratar depresión o ansiedad siguiendo pautas de ensayo-error. Dosis que suben y bajan, principios activos sustituidos una y otra vez tratando de que en algún momento la combinación de fármaco-dosis sea la adecuada y aparezcan las tres cerezas. Pero en psiquiatría menos de la mitad de pacientes alcanzan este premio terapéutico.