El equipo de Zimmermann, de la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Nürnberg, en Alemania, rastreó la ubicación de esta proteína hasta un tipo específico de célula dental: el odontoblasto, que reside entre la pulpa interna blanda y la capa externa dura de los dientes, compuesta de dentina y esmalte. Si la dentina queda expuesta, como consecuencia de las caries o una enfermedad de las encías, por ejemplo, estímulos como la temperatura o ciertos líquidos causarán dolor.