Las olas de calor, el clima más cálido y los días más largos han servido para machacarnos con el recordatorio "mantéganse hidratados", que no pocos talibanes hidrofílicos con vocación de anfibios elevan a una letanía que repite que debemos beber ocho vasos de agua (unos dos litros) al día.
No pretendo desanimar a quienes cargan todo el día con una botella de agua como Sísifo con su pedrusco, pero es conveniente saber que la hiperhidratación es insana