Se suele decir que cocinar nos hizo humanos. El dominio del fuego y su aplicación a los alimentos supuso un antes y un después en la evolución de nuestra especie. Comer alimentos crudos es lo que se conoce como crudismo o crudivorismo. Muchas de las personas que la siguen lo hacen convencidas de que el calor “mata” los alimentos, acaba con los nutrientes, elimina los microorganismos beneficiosos y, además, hace que se digieran peor y se absorban menos nutrientes. Pero ¿hay algo de cierto en todo esto? ¿Este tipo de dietas presenta beneficios?