Cualquier tipo de respuesta, ya sea psicológica o digestiva, variará en función del contexto y del resto de cofactores, como fumar, otras enfermedades o el peso de componentes genéticos. Un claro ejemplo sucede con la cirrosis: «Aproximadamente, solo un 20 % de las personas que beben alcohol durante décadas en cantidades elevadas se convierten en cirróticos»,