Una nueva investigación de la Universidad Curtin, en Australia, ha proporcionado las pruebas más sólidas hasta el momento de que los continentes de la Tierra se formaron por impactos de meteoritos gigantes que impulsarón impulsó la fractura de un único supercontinente. La clave de todo podría estar en unos diminutos cristales de un mineral llamado circón que se ha hallado en unas rocas situadas en la parte occidental de Australia.