En 35 años de experiencia profesional ¿cómo ha cambiado el perfil de las personas que tienen problemas cardiovasculares?
—Ha cambiado mucho en relación con el covid, sobre todo en la edad. Antes del covid teníamos pacientes infartados con una edad media de 75 años y ahora ha bajado de 65 años. Las causas que pensamos que han influido es que la pandemia y las vacunas han acabado con todos los pacientes mayores de alto riesgo.
—¿A qué se refiere cuando menciona a las vacunas?
—Las vacunas también tienen efectos secundarios.