El 10 de enero, investigadores chinos publicaron la secuencia de ARN del nuevo coronavirus como preimpresión.
Inmediatamente, los científicos que estudian las vacunas genéticas dirigieron sus esfuerzos al patógeno del COVID-19. Sabían que las plataformas genéticas de respuesta rápida podrían reducir preciosas semanas a meses de desarrollo, algo crucial durante una pandemia.
Traducción en:
www.facebook.com/OscarFrancoDuran/posts/10157289894572041