Hace unas semanas, la Agencia Europea del Medicamento anunciaba que iniciaba una revisión sistemática en torno a la azitromicina. En principio, no es nada especialmente llamativo. La EMA (y el resto de agencias nacionales) realizan controles periódicos sobre centenares de medicamentos. El único problema era que la azitromicina no es un un "medicamento más": es uno de los antibióticos más utilizados del mundo y está perdiendo eficacia a marchas frozadas.