El caso es que el Centro de Estudios Cercanos a la Tierra, en concreto su división de Propulsión a Chorro, realiza un estudio de los impactos de asteroides cada dos años, siempre teniendo asumido que sin contar con meses o años de antelación no podría solucionarse una situación así. No obstante, un equipo de la Universidad de Johns Hopkins liderado por Patrick King se ha topado con resultados alentadores en su último experimento: según este, es posible modificar la trayectoria del asteroide con una explosión nuclear