Descubrieron que los moluscos ahora extintos lucían hiponomas: sifones en forma de tubo a través de los cuales se expulsa el agua para propulsar a los animales hacia adelante en el agua, como se encuentra en los calamares y pulpos modernos. También encontraron músculos fuertes que los amonites solían retraer en sus caparazones para defenderse de los depredadores.