El 19 de julio de 1957, cinco oficiales del ejército de aire se reunieron a 65 millas al noroeste de Las Vegas. Sobre sus cabezas, dos F-89 hacen círculos mientras la cuenta atrás sigue adelante. Cuando llega a cero, uno de los bombarderos suelta una bomba. No una bomba cualquiera, eso sí: una bomba nuclear.