En la Era de la Denegación que comenzó hacia 1980 (donde ganó terreno constantemente un “negacionismo” que no sólo rechaza el calentamiento climático, sino más en general todo lo referido a límites biofísicos con que pudieran topar las economías capitalistas), referirse a "Limits to growth" se convirtió en algo políticamente incorrecto, sobre todo en el mundo anglosajón… salvo si se trataba de desacreditar esta importantísima obra. El adjetivo “maltusiano” bastaba para cerrar la boca a quien hubiera osado levantar la mano para preguntar.