El estudio de la Comisión Ballenera Internacional, a través de un grupo de trabajo específico y por encargo de los gobiernos de España y Portugal, concluye que, sencillamente, las orcas han encontrado un nuevo juguete con el que divertirse: los timones de los barcos. La conclusión de los expertos de este grupo es que las interacciones en la Península Ibérica entre orcas y barcos no son agresivas. Tienen más elementos parecidos a un comportamiento de juego o socialización que a una agresión”.