Elisabeth Holmes, la infame ejecutiva jefe que prometió revolucionar los test sanguíneos, ha sido encontrada culpable de fraude. La fundadora de Theranos traicionó intencionadamente a sus inversores, y se enfrenta a 20 años de cárcel y una multa ejemplar, pendiente de sentencia. El caso dará forma a cómo los emprendedores biotecnológicos abordan a los inversores, comentan investigadores a Nature, y resalta la importancia de la validación de investigación temprana a través de la revisión por pares.