El modelo estándar de la física de partículas es una auténtica proeza. Se desarrolló en varias etapas durante la segunda mitad del siglo pasado gracias al esfuerzo conjunto de cientos de científicos, y nos ha deparado hitos inmensos. De hecho, hasta ahora ha funcionado tan bien, ha descrito con tanta precisión la interacción de las partículas que conocemos, que a los físicos les está costando mucho ir más allá.