Este diminuto chip propulsor espacial, del tamaño de una uña, funciona con el propulsor más ecológico de todos: el agua. El ICE-Cube Thruster es de escala tan pequeña (con su cámara de combustión y su boquilla miden menos de 1 mm de longitud) que solo podría ensamblarse utilizando un enfoque MEMS (Sistemas Mecánicos Microeléctricos), tomando prestados métodos del sector de la microelectrónica.