El hallazgo de los restos de una mujer de hace 8.000 años con todo un arsenal para cazar le ha dado un buen revolcón a la arqueología. Que una chica de 17 a 19 años cazara grandes animales con lanzas (venablos) en los Andes americanos viene a cuestionar la imagen de que la caza era cosa de hombres y las mujeres, en todo caso, se encargaban de limpiar y preparar las piezas.