En septiembre, en el Aquarium & Shark Lab de Hendersonville, Carolina del Norte, el cuerpo en forma de tortita de Charlotte empezó a hincharse. Sus cuidadores, preocupados por si tenía un tumor, le hicieron una ecografía para detectar bultos o tumores cancerosos. Pero la ecografía reveló que los extraños bultos de Charlotte eran en realidad huevos. Charlotte estaba embarazada, a pesar de vivir en un tanque sin otras rayas. De hecho, hacía ocho años que no vivía con una raya macho de su especie.

En un zoo de Costa Rica, una hembra de cocodrilo ha producido un feto completamente formado sin que los huevos fueran fecundados por un macho. Es la primera vez que se documenta en cocodrilos este fenómeno, llamado partenogénesis o, de forma coloquial, “nacimiento virginal”.

La reproducción asexual es común para animales como estrellas de mar, gusanos de aguas profundas e insectos palo, pero entre los vertebrados es una rareza. Un proceso llamado partenogénesis permite que algunas hembras fertilicen un óvulo con su propio material genético, produciendo descendencia por "nacimiento virginal"...

Las carpas prusianas hembras usan esperma de otras especies de carpas. Se entremezclan con un cardumen de carpín, donde los huevos que ponen son fecundados por los machos. El esperma secuestrado estimula la división del óvulo de la carpa prusiana. A continuación, el material genético del macho se descompone en el óvulo sin ser utilizado. Esto se llama partenogénesis dependiente de espermatozoides.

Existen especies que son exclusivamente femeninas. Por ejemplo, cierto saltamontes australiano. Se llama Warramaba virgo. Las crías nacen por partenogénesis. Es decir, el óvulo se convierte en un embrión sin ser fertilizado por un espermatozoide. No hacen falta machos ni sexo. Así lo hace el saltamontes que se reproduce clonándose. Se cree que la especie surgió hace 250.000 años y al parecer le está yendo muy bien evolutivamente.

Científicos chinos han conseguido que una ratona tenga hijos vivos a partir de un óvulo no fecundado gracias a la edición genética. Se trataría del primer mamífero que consigue gracias a esta técnica la reproducción asexual, conocida como partenogénesis.

En las especies en las que se ha estudiado ampliamente la partenogénesis, el proceso comienza poco después de la creación del propio huevo. Cuando una célula se divide en dos para dar lugar a una célula huevo, la otra mitad se convierte en un cuerpo polar, que contiene una copia casi idéntica de ADN. Normalmente, el cuerpo polar se desintegra. Pero estudios de otras aves han revelado que, en ocasiones, el cuerpo polar se fusiona de nuevo con el óvulo, actuando como un espermatozoide que lo fecunda.