Nadie recomendaría que una persona, en esa edad tan crítica para el desarrollo cognitivo, hiciera un uso moderado de algo que en cualquier dosis es perjudicial. Pero lo hacemos. Está demostrado que el uso de dispositivos digitales como los móviles, reduce nuestra capacidad para concentrarnos y prestar atención. La consecuencia es la reducción del córtex frontal, la misma que tiene el consumo de alcohol y marihuana. Aunque el uso de estos aparatos digitales tiene los mismo efectos que las drogas, no se desaconseja su uso, sino que se propicia.