El británico Philip Ball ha tenido la experiencia con la que los místicos solo podían soñar: verse a sí mismo fuera de su cuerpo.
Vio cómo un puñado de celulas suyas se organizaban en un plaqueta de laboratorio como neuronas y empezaban a mandarse señales entre ellas hasta conformar un minicerebro. Incluso para Ball -uno de los periodistas científicos más conocidos de Reino Unido, editor durante dos décadas de la revista Nature y autor de una veintena de libros- la experiencia fue "alucinante", como nos muestra en esta conversación.