Desde los años 70 del pasado siglo, se había descartado las aproximaciones polinómicas para calcular funciones de matrices. Ahora, investigadores de la Universitat Politècnica de València han demostrado que pueden ser más eficientes y precisas que las aproximaciones racionales, reduciendo el coste computacional. Las funciones de matrices tienen numerosas aplicaciones en campos como la robótica, la inteligencia artificial, mecánica cuántica, química cuántica, conectividad de redes, economía o aeronáutica, entre otras.