Seguro que tú o alguien de tu entorno ha dicho varias veces eso de “mejor solo que mal acompañado”, pero también aquello de “no encuentro a nadie que me quiera” o “necesito una pareja”. Esto es algo natural que nos puede pasar a todas las personas en algún momento de la vida, seamos jóvenes o menos jóvenes. Otra cosa es caer en la anuptafobia o miedo a no tener pareja.