Unos investigadores han recurrido al sistema vascular de las plantas para resolver un importante problema de bioingeniería que está bloqueando la regeneración de tejidos y órganos humanos. En una serie de experimentos, el equipo de Glenn Gaudette cultivó células cardiacas humanas que podían latir sobre hojas de espinaca a las cuales se despojó de células vegetales. Hicieron fluir fluidos y microesferas parecidas en tamaño a los glóbulos sanguíneos humanos a través de la vasculatura de la espinaca.