La imagen de la explosión en una parte de la superficie solar que se registró el pasado lunes es impresionante. Aunque el Sol está en constante actividad, este suceso fue singular por varios motivos: por su duración (entorno a dos horas), su extensión (unos 500.000 kilómetros de largo) y por las consecuencias que tuvo sobre la Tierra, llegándose a registrar apagones en algunos puntos de Australia y el sur de Asia.