Las arañas, a pesar de su mala prensa (y el significativo porcentaje de personas que sienten fobia hacia ellas), suelen ser nuestras aliadas. A pesar de que cada año se comunican miles de picaduras de ellas en todo el mundo, en realidad es bastante extraño que una araña pique a un ser humano. Las arañas usan su veneno mayormente para sus presas, no para defenderse. Para las arañas, pues, casi siempre es más fácil huir que luchar. Incluso hay un estudio que trató de calcular cuántas veces necesitas atosigar a una araña para que te pique.