A partir del trabajo con una molécula propia del cuerpo, la angiotensina 1-9, académicos del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), en Chile, exploran las posibilidades farmacológicas de este compuesto que además de reducir la presión arterial, disminuye el daño al corazón y a otros órganos asociado a esta enfermedad crónica.