El CSIC ha logrado un avance significativo en la comprensión de las propiedades mecánicas de las células humanas: ha demostrado con éxito que las células vivas, exhiben resonancias mecánicas. El estudio se basa en el trabajo de Eugene Ackerman en la década de 1950, quien propuso por primera vez la idea de las resonancias mecánicas en las células vivas. Sin embargo, sus hallazgos fueron en gran medida pasados por alto debido a la falta de evidencia experimental sólida.