El virus HearNPV hipnotiza los ojos de sus anfitriones orugas para obligarlos a saltar desde la copa de los árboles y expandir sus esporas. "El HearNPV las obliga a permanecer a una altura elevada, induciendo una fototaxis visual en sus huéspedes, que hace parecer que las orugas infectadas están cometiendo suicidio”.