Nos guste o no, el paso de los años hace estragos en todos nosotros. Inevitablemente, el envejecimiento implica una serie de cambios considerados normales, que entran dentro de lo que llamamos envejecimiento exitoso. Sin embargo, no es raro confundir algunos de estos signos de envejecimiento –sobre todo el despiste– con los primeros síntomas del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a numerosas funciones, principalmente la memoria y el aprendizaje.