La capacidad tecnológica de la humanidad para producir, mediante enfriamiento por láser, muestras de átomos ultrafríos (casi en el límite mismo de la temperatura más fría que permiten las leyes de la física) revolucionó la física atómica experimental, y permitió construir dispositivos portentosos, desde relojes atómicos (que son el corazón del Sistema de Posicionamiento Global (GPS)) hasta otros más experimentales y del todo nuevos, como son algunas de las piezas que se necesitarán para fabricar una computadora cuántica.