Las masas boscosas primarias -es decir, sin muestras claramente visibles de actividad humana ni alteraciones en procesos ecológicos- resisten mejor a las sequías que los bosques secundarios. Es la conclusión de un estudio realizado por investigadores de instituciones de China, Estados Unidos y Suecia, y publicado en la revista ‘Environmental Research Letters’. El trabajo se basa en cómo afectó el verano seco de 2018 a los bosques de Suecia. La mayoría de ellos son secundarios, esto es, gestionados con poca diversidad de especies y estructura.