María Montessori enseñaba a los niños desde las ocho de la mañana hasta las siete de la noche; nunca tomaba vacaciones.
Esos dos años de trabajo continuo con los niños le dieron lo que ella consideró como su verdadero título de pedagogía: “estos dos años de práctica son mi primer y mejor ganado título en pedagogía” (Montessori, 1937: 34; Standing, 1962: 29).
A partir de este evento, se convirtió en una maestra como su padre había pretendido años atrás, pero una maestra diferente a las tradicionales, una maestra con gran respeto hacia los niños y con una gran capacidad de observación que le…