Por más revolucionaria que pueda parecer la propuesta de Máximo Sandín, tiene una lógica abrumadora, y es difícil concebir que haya pasado desapercibida hasta ahora.
Máximo Sandín se ha empeñado en recuperar la figura de Jean-Baptiste Lamark, tan vituperado por el darwinismo, y que, sin embargo, fue un científico brillante y predijo ideas que la epigenética hoy en día ha demostrado, como la influencia del ambiente y la transmisión de los caracteres adquiridos.
La idea más innovadora de Máximo Sandín, dentro de este postulado de la tercera vía, ha sido la de considerar bacterias y virus como los constituyentes esenciales de la vida, en vez de considerarlos nuestros enemigos, como plantea el neodarwinismo.