El australiano Peter Stokes tuvo la curiosa idea de recrear la portada del álbum utilizando como lienzo las calles de la ciudad australiana de Adelaida y, como si fuese un pincel, el rastreador GPS de una aplicación para ciclistas. Tras estar varios meses planificando esta idea, Stokes salió en su bicicleta para pedalear unos 150 kilómetros por cerca de ocho horas hasta completar la figura del bebé con los brazos abiertos que se aproxima a un billete de un dólar.