Era más que un simple salto para Simone Biles. Fue el momento en que ahuyentó los fantasmas olímpicos de hace tres años.La estadounidense respiró hondo mientras estaba al final de una pista de 25 metros en París el martes, preparándose para ayudar a sus compañeras a recuperar el título por equipos de gimnasia femenina que habían perdido en Tokio. En aquellos juegos Biles comenzó la competencia pero no pudo terminar cuando fue afectada por los llamados “twisties” o “giros”, una pérdida repentina y aterradora de orientación espacial.
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